"Influencia": cómo la cultura organizacional genera altos costos ocultos
- María Isabel Parra

- 15 jul
- 3 Min. de lectura
Basado en el artículo académico de Vanessa K. Bohns, profesora de comportamiento organizacional en la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de Cornell University, exploramos por qué seguimos sin comprender del todo nuestro poder de influencia en las organizaciones y cómo esto puede derivar en costos operativos, reputacionales y estratégicos.
1. Una paradoja cotidiana: influimos más de lo que creemos, y eso puede costar caro
En su estudio Underestimating Our Influence Over Others’ Unethical Behavior, Bohns demuestra que las personas tienden a subestimar su capacidad para inducir comportamientos no éticos en otros. Pero esta conclusión abre una reflexión más amplia: no solo ignoramos el alcance de nuestra influencia en dilemas éticos. También lo hacemos en decisiones que afectan la productividad, el clima laboral, la rotación o incluso la salud mental de los equipos.
Ignorar esa influencia puede traducirse en costos ocultos para la organización: desde ausentismo y burnout hasta pérdida de talento clave o litigios por ambiente tóxico. Desde +Conectiva, esto lo leemos como un llamado a diseñar culturas conscientes del efecto real que generan.
2. El sesgo de subestimación: ¿por qué creemos que no impactamos tanto (y cuánto nos cuesta)?

Bohns plantea que la mayoría de personas no capta del todo la presión que ejerce cuando transmite una expectativa, especialmente si tiene una posición de poder. Quien da la orden puede creer que solo está sugiriendo; quien la recibe puede sentir que no tiene opción.
Este desajuste no es solo un dilema ético. Es un foco de improductividad, desgaste emocional y conflictos internos.
¿Cuánto cuesta una cultura que promueve urgencias innecesarias, correos fuera de horario o feedback mal calibrado? Desde nuestra perspectiva nodal, esta subestimación es peligrosa porque produce impacto sin conciencia del impacto… y sin control de sus costos colaterales.
3. ¿Cómo se traduce esto en eficiencia organizacional?
En +Conectiva trabajamos con líderes que, sin saberlo, han activado dinámicas de burnout, rotación o simulación en sus equipos. El impacto económico es directo:
Aumento de licencias médicas y gastos de salud mental.
Pérdida de productividad por ambientes desmotivados.
Costos de reemplazo y formación por alta rotación.
Aplicar los hallazgos de Bohns implica:
Hacer explícita la relación entre rol, poder e impacto.
Diseñar entornos donde la influencia no sea ciega, sino estratégica.
Reducir los costos derivados de culturas sin calibración.
4. Cultura organizacional y diseño nodal: calibrar para ahorrar
La influencia sin alineación a la cultura puede generar daño estructural aunque la intención haya sido neutra o positiva. Por eso, desde la mirada de Negocios Nodales®, proponemos revisar a detalle - qué cultura organizacional es la que nos genera estos altos costos-:
Mapear los nodos de influencia informal.
Detectar zonas de presión no explícita.
Redefinir protocolos para conversaciones difíciles.
Trabajar el poder simbólico de los líderes, incluso en sus silencios.
Un ecosistema organizacional consciente de su influencia reduce conflictos, rotación y microcostos que erosionan el desempeño colectivo.
El poder más silencioso es el que más factura
La investigación de Bohns nos recuerda algo esencial: no podemos desligarnos del efecto que tenemos, aunque lo ignoremos. En las organizaciones, esta verdad no es solo humana. Es financiera.
Desde +Conectiva, trabajamos para que ese poder se vuelva consciente, legítimo y regenerativo. Porque una cultura desalineada genera costos invisibles. Una cultura calibrada, en cambio, genera valor. Agenda una llamada estratégica con nuestro equipo. Evaluaremos si te podemos acompañar con claridad y enfoque.



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